Llegaron precedidas por el éxito arrollador de dos temas que cantaba todo el mundo: “Sólo se vive una vez” y “Devórame otra vez”. Las cantantes gitanas del dúo “Azúcar Moreno”, Antonia “Toñi” y Encarna Salazar tenían previsto actuar el viernes 18 y el sábado 19 de octubre de 1991 en el Club Caja.

Ese primer día recorrieron el centro, junto al flamenco Pedro Luis, novio de “Toñi”. A las 22 se demoró la salida de las intérpretes españolas, que estaban esperando en camarines junto al novio de una de ellas. El público comenzó a aplaudir y a silbar, mientras el productor Carlos Bossi se encontraba en tratativas con funcionarios de Rentas que reclamaban que faltaba el pago de impuestos. A la 0.30, Bossi anunció que “por razones de fuerza mayor” se suspendía. Unas 600 personas se agolparon en la boletería para reclamar la devolución del dinero. A la noche siguiente, “finalmente, las gitanas actuaron, conformando plenamente a su público”, dice la nota. Según el interventor de Rentas, Marcos Osatinsky, hubo aparentes irregularidades en el pedido de exención del impuesto Ingresos Brutos (un 2,5% de la venta de entradas) ya que había sido solicitado por una asociación civil sin fines de lucro, a beneficio de una iglesia -a nombre de una señora de Gramajo- pero los anuncios indicaban que el organizador era Bossi. “Posteriomente en Rentas se encontró que en la solicitud se había borrado el nombre de la asociación civil y se había agregado el de Bossi”. Osatinsky explicó que la señora de Gramajo “había sido sorprendida en su buena fe”. Hubo una reunión entre Osatinsky, Bossi y el jefe de Policía, Víctor Lazarte, y “se acordó que el espectáculo se haría, previo pago del impuesto”, según el interventor. Bossi dijo, por su parte, que “la DGR no está habilitada para suspender un espectáculo” y que ante las tensiones había decidido suspender el show del viernes. No se supo si se abonó el impuesto para el recital del sábado. En el escenario, Bossi anunció que iba a querellar al interventor de Rentas.